Fecha 19 de septiembre de 1985
El terremoto del jueves 19 de septiembre de 1985, conocido como el Terremoto de México de 1985, afectó en la zona centro, sur y occidente de México y ha sido el más significativo y mortífero de la historia escrita de dicho país.[3] El Distrito Federal, la capital del país, fue la que resultó más afectada. Cabe remarcar que la réplica del viernes 20 de septiembre de 1985 también tuvo gran repercusión para la Ciudad de México.
Este fenómeno sismológico se suscitó a las 7:19 a.m. Tiempo del Centro (13:19 UTC) con una magnitud de 8,1 grados en la escala de Richter, cuya duración aproximada fue de poco más de dos minutos, superando en intensidad y en daños al terremoto registrado el 28 de julio de 1957 también en la Ciudad de México.
Origen y epicentro
El epicentro fue localizado en el Océano Pacífico, frente a las costas del estado de Michoacán, muy cerca del puerto de Lázaro Cárdenas. Un informe del Instituto de Geofísica en colaboración con el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México publicado el 25 de septiembre de 1985, detalla más aún que el epicentro fue localizado frente a la desembocadura del Río Balsas localizada entre los límites del estado de Michoacán y Guerrero a las 7:17:48 a.m. Tiempo del Centro alcanzando la Ciudad de México a las 07:19 a.m. con una magnitud de 8,1 grados según la escala de Richter.[1] Fue de un sismo de tipo trepidatorio y oscilatorio a la vez y registró una profundidad de 15.0 km.[2] La ruptura o falla que produjo el sismo se localizó en la llamada Brecha de Michoacán, conocida así por su notable, hasta ese momento, carencia de actividad sísmica. Se ha determinado que el sismo fue causado por el fenómeno de subducción de la Placa de Cocos por debajo de la Placa Norteamericana.
Una de las diversas apreciaciones en cuanto a la energía que se liberó en dicho movimiento fue su equivalente a 1114 bombas atómicas de 20 kilotones cada una.[4]
Réplicas
Se presentaron varias réplicas del fenómeno, siendo la más significativa la del día siguiente (20 de septiembre de 1985) reportada por el Servicio Sismológico Nacional a las 07:37:13 p.m. (01:37:13 UTC) con una magnitud de 7,3 grados en la escala de Richter,[5] , aunque el Servicio Geológico de Estados Unidos registró una intensidad de 7,5 grados en la escala de Richter y con una profundidad de 17.6 km.[6] La réplica causó daños materiales en las construcciones dañadas previamente por efecto del primer sismo, además de provocar el mayor daño estructural al sacudir construcciones endebles.
Efectos y consecuencias
Ciudad de México, Distrito Federal
Una de las torres del Conjunto Pino Suárez colapsada en la Ciudad de México.
Ruinas de un edificio en la Ciudad de México en 1985.
Brigadas de rescate trabajando sobre un edificio colapsado en la esquina de las avenidas Insurgentes y Álvaro Obregón en el centro de la ciudad.
Obras de reconstrucción del edificio de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.Nunca se ha sabido el número exacto de víctimas debido a la censura impuesta por el gobierno de Miguel de la Madrid.[7] La ayuda internacional fue rechazada en un principio por el primer mandatario, e incluso se sabe que un avión con ayuda humanitaria de Caritas Internacional sobrevolaba el espacio aéreo del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ya que no se le daba permiso para aterrizar.[cita requerida] Por orden de la primera dama, el avión y la ayuda internacional lograron entrar al la ciudad para apoyar a los cuerpos de rescate mexicanos que, dada la magnitud del desastre, en ese momento no se daban abasto. Después de este incidente fue que el Gobierno Federal decidió aceptar la ayuda internacional al ver sobrepasada sus capacidades de reacción ante tal catástrofe.[cita requerida] Años después se hicieron las siguientes apreciaciones al respecto:
Muertes: el gobierno reportó el fallecimiento de entre 6,000 y 7,000 personas. Sin embargo, años después con la apertura de información de varias fuentes gubernamentales, el registro aproximado se calculó en 10,000 muertos.[4] El estadio de béisbol del Seguro Social se usó para acomodar y reconocer cadáveres. Se utilizaba hielo para retrasar la descomposición de los cuerpos.
Las personas rescatadas con vida de los escombros fueron aproximadamente más de 4,000.[8] Hubo gente que fue rescatada viva entre los derrumbes hasta diez días después de ocurrido el primer sismo.[9]
El número de estructuras destruidas en su totalidad fue de aproximadamente 30,000 y aquellas con daños parciales 68,000.[8]
La Torre Latinoamericana fue un caso excepcional de ingeniería pues este terremoto no le causó daño alguno.[10]
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