domingo, 14 de noviembre de 2010

CUENTOS DE TEKATA

III PARTE

El elegido de los dioses

Por: Juan de Dios Ramírez
Era de pelo cano, bajito de estatura y entrado en años, su indumentaria personal siempre era acompañada de un sombrero fino que presumía había sido importado del estado de Texas.
Éufrates Santas Saldivar, "Don Eufra", él fue el primer gobernante oficial que tuvo aquel pueblo de Tekata, eso era más o menos 100 años después de que fuera descubierto el valle donde habría de erigirse esa gran comuna, ejemplar sin duda.
Don Eufra, político a la antigua, venido de otras latitudes, pero con un profundo amor por Tekata y que había echado raíces aquí, conformó todo su equipo de trabajo que habría de dar los primeros pasos para lo que en el futuro sería una gran ciudad, creciera con cimientos firmes y bases definidas que conservara por principio las tradiciones populares y aceptara el desarrollo natural de toda ciudad, así como su crecimiento poblacional ordenado.
Las cosas no fueron fáciles, las limitaciones fueron evidentes, pero con ello nacía la segunda historia de Tekata, la oficializada, la reconocida en documentos, de donde parten los vestigios de un pueblo con leyes y con gobernantes, claro, antes habían existido una serie de personajes encargados de mantener la unidad, como comisionados, que desde 1833 habían sido impuestos en esta comunidad, donde destacaban los grandes campos de vid y olivo, donde ahora por cierto hay caserío.
Don Eufra, pintó su raya, puso manos a la obra y la caja registradora del gobierno empezó a sonar, impuestos por todo, que se traducía en obras, mejores calles, vigilancia, buenos servicios, luz, agua, escuelas.
Infortunadamente el poder y la codicia hicieron presa al equipo de gobierno, empezaron a apoderarse de grandes extensiones de terreno y beneficios propios, que pareciera marcarían la línea tan delgada para los posteriores gobernantes que hicieron cada uno lo mismo, sin falta, como si estuviera instituido, como si en los libros para gobernar Tekata se obligara a los predecesores a seguir el manual de avasallamiento, pues sin mayor recato todos y cada uno continuaron con esa ley no escrita, pero si bien practicada.
Bueno, entonces Don Éufrates, pasaría a ser recordado únicamente como el primer Alcalde oficial que tuvo Tekata, por nada más, pues los comentarios de quienes le conocieron eran de rencor y odio, nada parecido a las expectativas que en un principio se tuvieron de él.
El infortunio de aquel pueblito lindo, pacífico y ejemplar se estaba cerniendo, el ir y venir de gobernantes malos, otros más malos, darían a Tekata la cara que hoy presenta, lejos quedaría aquella comuna bonita, limpia y llena de gente alegre.
Pero no todo estaba perdido, hubo tres gobernantes entre los 19 que entregaron su vida y su inteligencia para conservar y rescatar los orígenes que dieron fama a Tekata.
Ellos tuvieron su turno en diferentes épocas desde la historia oficial a la fecha, ellos, sin ser nativos pusieron su entrega para hacer del pueblo un gran lugar para vivir.

Seguiremos...

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