domingo, 7 de agosto de 2011

CUANDO REGRESE...SI ES QUE REGRESA.

A nadie dijo nada, no se despidió y ni siquiera dejo una nota, no hubo explicaciones, simplemente tomó su escaso equipaje y se fue sin más. Aquella mañana de primavera se levantó mas que temprano con una idea en la mente, abrió la ventana de su cuarto, aspiró el aire fresco de la mañana (que por cierto era casi de madrugada) y se quedo inmóvil durante algunos minutos; admirando quizá la belleza del paisaje, despidiéndose mentalmente quizá de su hogar y su barrio o tal vez decidiendo a donde ir; eso nadie lo sabe pero en este momento es lo de menos (bueno, eso creo yo); después cruzó la sala sigilosamente aprovechando que era hora en que aun dormían todos en casa y salio a conocer todos esos lugares con los que seguramente siempre soñó.
El siempre fue muy inquieto, nació pues con alma de vagabundo, no es una mala persona pero le gusta el camino y conocer gente nueva, cuando éramos unos niños de diez años me contó que cuando fuera grande se iría a recorrer el mundo y conocer muchos lugares nuevos ¡y vaya que lo cumplió!, Como todo un buen amante de las aventuras y enemigo de la rutina es de las personas que no pueden permanecer mucho tiempo en un mismo lugar, inquieto por naturaleza y con muchas ganas de conocer el mundo tomó su mochila y se fue caminando, sonriéndole al viento, al sol, a las aves y a las flores que a su paso se encontraba.
Hace ya algunos años que se fue a recorrer el mundo, quizá no regrese jamás y hasta se haya olvidado de de sus amigos del barrio, de su novia de la adolescencia y de todo lo que dejo aquella mañana que decidió marcharse; recuerdo que el era la alegría del barrio, el muchacho mas popular, el amigo de todos y el amor platónico de muchas jóvenes que por el suspiraban; por eso yo le digo a mi hermana menor que no se enamore jamás de un vagabundo porque terminará llorando cuando él decida irse y yo tendré un sobrino sin padre que quizá siga su ejemplo y sus instintos heredados y finalmente acabe convirtiéndose en un trotamundos.
Cuando él regrese (si es que regresa) hallará el barrio muy cambiado, sus padres han envejecido y sus hermanos se casaron y ya tienen hijos (por cierto uno de sus sobrinos lleva su nombre en su honor), el parque también ha sufrido algunos cambios, hay un área donde los pequeños se divierten a lo grande en los columpios, las resbaladillas y los subibajas, hay un área de asadores y una piscina donde acuden durante el verano los muchachos a divertirse; nuestra vieja escuela ha sido totalmente remodelada y ahora hasta cuenta con un comedor donde cada día un grupo de madres de familia voluntarias sirven desayunos a los niños, se ve muy bonita la escuela toda pero a quien ya no se ve por ahí es a nuestro viejo maestro que ya se jubiló y ahora es un abuelo muy consentidor que lleva a sus nietos al parque, a la alberca, al cine y etcétera.
A veces me encuentro a su padre en el parque y y después del consabido y respetuoso saludo le pregunto por mi viejo amigo
y él, con gran tristeza me dice que hace muchos años no sabe nada de su hijo pero aún él y su madre esperan con ansias su regreso; han pasado quince años y sus padres son unos ancianos, la madre va a la iglesia todas las tardes a pedir por el regreso del menor de sus hijos, tanto ella como su esposo siguen esperándolo y me dicen que su cuarto esta tal y como el lo dejo hace quince años, nada ha cambiado, todo esta ahí, en su sitio esperando que vuelva aquel que no debió haberse ido así, sin despedirse de los suyos; Pero nadie sabe cuando volverá, si es que vuelve, pero si vuelve sus amigos nos lo llevaremos de pinta para que nos cuente de sus aventuras en todos estos años que de él no hemos sabido nada.
No!, yo no creo que regrese, quizás allá, en alguna de tantas ciudades que seguramente conoció encontró a una buena mujer y formó su hogar lejos de su familia, sus amigos y todo aquello que dejo al irse. Seria bueno que un día volviera aunque fuera solo por un par de semanas para recordar aquellos buenos tiempos que se han quedado tan atrás pero al menos yo no he olvidado. Cuando el vuelva, yo, que fui su mejor amigo le contaré todo lo que ha sucedido en estos quince años en los que ha estado ausente pero su familia y amigos no lo hemos olvidado, nos iremos de pesca como solíamos hacerlo el grupo de amigos y hasta haremos una gran fiesta para celebrar su regreso, iremos todos a la feria igual como cuando éramos unos muchachos de diecinueve, haremos una fogata y pasaremos toda la noche contándonos nuestras respectivas anécdotas, en fin, haremos mil cosas pero cuando él regrese…si es que acaso decidiera algún día regresar…

MAURICIO DURÁN ROSAS.

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