viernes, 2 de septiembre de 2011

ASESINAN A DOS REPORTERAS


La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) dijo que en este caso podría tratarse de feminicidios, aunque precisó que esperarán los resultados de las necropsias para establecer las líneas de investigación.
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) investiga el feminicidio como una de las posibles causas del asesinato de las periodistas Ana María Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga.
Por su parte, la Procuraduría General de la República (PGR) informó que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión inició un acta para coadyuvar en las investigaciones de la Procuraduría capitalina por el homicidio de las comunicadoras.
De la PGJDF, los resultados de las necropsias serán fundamentales para establecer las líneas de investigación más probables en el homicidio de las mujeres, cuyos cuerpos fueron hallados ayer en un paraje cercano al panteón San Nicolás Tolentino, en la delegación Iztapalapa.
También será fundamental integrar en la investigación detalles sobre cuáles fueron las últimas personas con las que se contactaron, si abordaron algún taxi o transporte público, o si hay algún material de videovigilancia, dijo el procurador capitalino, Miguel Ángel Mancera, en diferentes entrevistas.
Las primeras indagatorias mencionan que las periodistas fueron vistas por última vez la noche del miércoles, y que acordaron encontrarse para tomar un café en el cruce de Balderas y Juárez, donde están las instalaciones de la revista Contralínea, en la que trabajaba Yarce Viveros como gerente de Relaciones Públicas.
Después no se supo más.

Golpeadas y estranguladas
Ayer, cerca de las siete de la mañana, la Policía capitalina del sector Estrella, en Iztapalapa, recibió un llamado de personas que pasaban por el paraje donde los cuerpos desnudos estaban cubiertos con una lona.
Tanto la Policía Preventiva como la Procuraduría del Distrito Federal confirmaron que ambos cuerpos estaban maniatados, amordazados, con golpes en el tórax y huellas de estrangulamiento.
Hasta el cierre de esta edición se esperaba que los cadáveres llegaran al Servicio Médico Forense (Semefo) para practicarles las necropsias y determinar las causas de la muerte.
González Trápaga fue reportera de Televisa y directora de Comunicación Social del Fondo de Fomento y Garantía para el Consumo de los Trabajadores (Fonacot).
Además, propietaria de una casa de cambio en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Reporteros y amigos de las periodistas, quienes eran integrantes en activo de la Sociedad de Reporteros en Contexto, comentaron que a ninguna le gustaba estar fuera de casa por la noche, sobre todo a Rocío, quien tenía algunas semanas de haber sido operada de un tumor en la cabeza.
Ambas tenían hijos y su muerte consternó al gremio.

CNDH abre oficio

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condenó enérgicamente el asesinato de las comunicadoras e inició una queja de oficio.
La Comisión de los Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) consideró que el crimen atenta contra la libertad de expresión y la convivencia social en la ciudad de México.

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