lunes, 4 de enero de 2010

FAMILIARES IDENTIFICAN A MUERTOS EN CAMIONAZO


Tecate, B.C.- El día de ayer, llegaron los primeros familiares a esta ciudad, para identificar a las personas fallecidas en el accidente en que un camión de pasajeros se fue a un barranco el sábado en la madrugada en una curva de la carretera de La Rumorosa.
Se trata de los hermanastros Orlando Uriel Pinacho y Elizabeth Acubia Palma, así como Joaquín Ibarra Cisneros, quienes hicieron el viaje desde el ejido El Papalote en San Quintín hacia Mexicali y la tarde del domingo fueron trasladados a Tecate, donde enfrentaron la difícil situación de reconocer físicamente a sus familiares muertos.
Orlando Uriel de 28 años de edad, es hijo de Mario Pinacho, uno de los 14 muertos en el camionazo, ambos originarios del estado de Oaxaca y que tenían 10 años viviendo y trabajando en los campos agrícolas de San Quintín, cosechando principalmente tomate.


SE ACABO EL TRABAJO Y POR ESO DECIDIERON IRSE A SINALOA.

Continuamente, jornaleros del valle de San Quintín, son contratados para laborar en la pizca de algún producto, principalmente en Sinaloa y Sonora, por lo que pasa un contratista y les avisa para que se preparen para hacer el largo viaje que puede durar hasta 24 horas, para lo cual los espera un camión en el parque central y se los lleva a otros lugares.
Orlando Uriel Pinacho, dijo para Frontera, que su papá y la esposa de este, no habían salido antes a laborar en otras entidades del país, pero que ahora en este fin de año la situación se puso muy difícil en San Quintín, pues no hay trabajo y el dinero escasea, por lo que decidieron ir a probar suerte en un contrato que duraría 4 meses, con la promesa de darle un lugar en donde vivir con sus familias, el sueldo y traerlos de regreso a su casa.
Así como los otros 35 jornaleros y sus familias que optaron por buscar trabajo temporal en otra parte, los padres de Orlando Uriel prepararon las maletas y esperaron el camión, que iba a llegar a las 5 de la tarde al ejido El Papalote, pero llegó una hora más tarde, para dirigirse a la colonia Lázaro Cárdenas, donde abordarían más personas con rumbo a Villa Juárez, Sinaloa.
Cuando su padre se fue, relata Orlando, se despidieron con un abrazo, pensando en que no se verían hasta abril, a su cuidado se había quedado una hermana que tiene 7 años, que por estar en la escuela la habían dejado para que siguiera los estudios en San Quintín, se desearon suerte y que ambos le echaran muchas ganas para salir adelante de la dura crisis que vive el campo en ese poblado, donde laboraban a veces 2 días por semana.


POR PRIMERA VEZ, TODOS SE HABÍAN REUNIDO PARA FESTEJAR EL FIN DE AÑO

Normalmente, la familia Pinacho Palma no se reunía en las festividades de fin de año, pero esta vez en particular, como si supieran que ya no iban a volver a verse, todos estuvieron celebrando la llegada del nuevo año, hasta como las 4 de la madrugada en que se fueron a dormir.
Padres, hermanos, nietos, nueras y yernos, habían llegado a la casa de los Pinacho, la que rentaban, para celebrar con una cena, además de que ya los padres habían anunciado su viaje la tarde del día primero, por lo que no perdieron oportunidad para estar juntos. Al siguiente día Mario Pinacho y Teresa Palma, perderían la vida en el accidente.
Orlando y Elizabeth, dicen que sintieron como si al celebrar la llegada del nuevo año, también fuera una despedida para siempre, porque todos estuvieron muy unidos esa noche.


"YO NO QUERIA DEJAR IR A MI HIJO": JOAQUÍN IBARRA

Sobre los lamentables hechos en que 14 jornaleros perdieran la vida, Joaquín Ibarra Cisneros, otra de las personas que acudió al Semefo de Tecate para identificar a su hijo y nieto, ambos que murieron, dijo que él no quería dejar que su hijo se fuera a trabajar para otra parte.
Ibarra Cisneros, dice que fue la tarde del día viernes primero cuando vio por última vez a su hijo Antonio Ibarra Fuerte de 19 años con vida, ya que subió al camión de la línea Tierra del Sol y se fue con destino a Sinaloa, a donde jamás llegó, ya que como los otros campesinos murieron de forma trágica.
"Me anime a dejarlo ir, solo porque lo vi muy emocionado, ya que él nació en San Quintín y nunca había salido para otra parte, además, el trabajo se acabo y no podía mantener a su esposa y sus dos hijos, también iban amigos ya grandes, algunos que antes habían hecho ese tipo de viajes, a los que les encargue a mi hijo", indicó Ibarra Cisneros.
Su nuera y su otro nieto, permanecen hospitalizados en Mexicali, a donde ya fue a verlos y están muy golpeados, pero dicen los doctores que si se salvarán.


"CASI NADIE SABÍA LO QUE SUCEDIÓ ALLÁ EN SAN QUINTÍN": OLANDO URIEL

Eran las 12:30 horas del sábado, cuando Orlando Uriel Pinacho, recibió la llamada que lo dejo frío, sus padres habían muerto en el accidente, de inmediato aviso a su hermana Elizabeth de 19 años y abordaron un camión con destino a Mexicali, el cual les cobró 400 pesos, ya que les hicieron un descuento por tratarse de familiares de los accidentados en La Rumorosa.
"Yo creo que muchos familiares no saben aún lo que sucedió, por eso no han venido a reclamar los cuerpos de sus parientes muertos", dijo Orlando Uriel, con lagrimas en los ojos y aún con la incredulidad ante los acontecimientos en los que murieron su padres.
Ellos hicieron el viaje a Mexicali, donde vieron a dos hermanos más que están ya estables en el albergue del DIF y en un vehículo oficial los trasladaron a Tecate, los apoyaron con alimentos y ya en esta ciudad les brindaron todo el apoyo para la entrega de los cuerpos y el traslado gratuito hasta San Quintín.

Las tres personas se quedaron a dormir en los velatorios del DIF, donde el coordinador estatal Juan Meza Flores y la delegada de Sedesoe Lucina Rodríguez, los apoyaron con alientos y cobijas para que pernoctaran en ese lugar y ya este día puedan llevarse a sus deudos para que sean sepultados en el panteón local de San Quintín, donde se tramita que se les exente del pago de 2 mil pesos por la tumba.

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